Jacqueline Arenal ha dejado una huella tanto dentro y fuera de Cuba. Encarnando personajes grandiosos, disertando ante cámaras, ofreciendo su arte.

La actriz accedió gentilmente a concedernos esta entrevista en la que repasamos las disímiles aristas sobre su excelsa carrera profesional.

A continuación, les presentamos el resultado de la conversación que desarrollamos vía whatsapp:

La serie Calendario ha sido un éxito . ¿Cómo llegas al personaje de Juliana y una vez puesto en escena cómo lo valoras?

Magda se entera por la directora y amiga Mariela López que estoy también aceptando trabajos en Cuba, me llama por teléfono y me cuenta un poco la idea que tiene del personaje de Juliana, y que me lo quería proponer. En principio con sólo la historia que ella me cuenta me resultó muy interesante, además porque lo escribía Amílcar Salatti, a quien admiro muchísimo y realmente el conjunto de la propuesta con la dirección de Magda era muy atractiva. Le digo que sí a la segunda temporada, que para mí sería la primera, pero era la segunda que el público terminó hace poco de disfrutar en la televisión. Una vez dicho que sí todo lo que vino fue muy bueno, períodos de trabajos muy interesantes con Magda, muy exhaustivos en cuanto al análisis de los personajes y la trama , en general el proyecto me pareció que estaba muy bien cuidado por todas partes, y ya cuando entré a los ensayos me sentí muy a gusto y muy tranquila de haberlo aceptado, porque es un trabajo en conjunto en el que no está solamente el actor, es un trabajo muy colectivo y me sentí tremendamente
halagada de que me hubieran invitado al proyecto.

Juliana sin dudas me encantó desde el primer momento porque me gustan los personajes que llevan contradicciones, son sin duda para mí los más atractivos de hacer, los que más me retan , con más matices, no son ni blancos ni negros, son simplemente seres humanos y esto lo tiene mucho Juliana, en general todos los personajes de Amílcar lo tienen, pero éste en particular se debate en un conflicto muy atrayente para mí, esas cosas que te permiten no sólo interpretar un personaje, sino a través de él defender ideas y comprometerte con ellas, como el hecho de estar en la piel de una mujer independiente en todo sentido: económicamente, profesionalmente, amorosamente, con una apertura en la totalidad de su pensamiento y una libertad de su existencia que me parecen tremendamente valientes y valiosas, y que se toquen temas tan vigentes con toda la naturalidad y presencia que merecen y que puedan entrar en el debate público , me parece que le da un sentido mucho más abarcador al trabajo que hago y convirtió esta oportunidad en algo realmente cautivador . Por lo demás éste personaje se convirtió en un dulce de hacer y de defender: una mujer que vive como ha decidido vivir, sin concesiones a sí misma y sin concesiones hacia los demás, ha sido una maravilla interpretarlo en la temporada 2 y en la 3 que recién culminamos de grabar.

¿Hay algo de Juliana en Jacqueline?

Seguramente sí, y seguramente al revés también, pero resumiendo si hay algo importante con lo que yo me sintiera orgullosamente identificada con Juliana es el hecho de ser una mujer independiente, una mujer dueña de su destino, una mujer para la cual lo único importante es quizás quedar bien consigo misma y eso a la larga te hace estar muy bien con los demás, con tu pareja, con tu familia, con tu público, con tu profesión, porque ya no eres presa de tantas inseguridades, simplemente estás donde y con quien quieres estar. En eso Juliana y yo somos una.

Dada tu experiencia y sapiencia en el mundo de la actuación, ¿cómo te sentiste trabajando junto una nueva generación de actores cubanos?

El hecho de trabajar con un grupo de actores muy jóvenes, en combinación con algún que otro actor de mucha experiencia dentro de la serie ha sido estupendo. Me veo reflejada hace unos años cuando comenzaba con todas esas ganas que se han mantenido de descubrir y construir cosas. Creo que ellos cayeron en muy buenas manos, pues Magda no es sólo una excelente directora en el sentido audiovisual, sino también es una maravillosa directora de actores, que se emplea profundamente con ellos, entonces creo que los que participamos en Calendario seguimos aprendiendo, no sólo los jóvenes, todos lo hacemos. Me gustó verlos con ese rigor con respecto a lo que hacen, con muchas ganas de aprender, pero también con seguridad, con esa seguridad que te da el estudiar cada una de tus escenas hasta la saciedad. La experiencia te da herramientas, pero yo prácticamente me siento igual que cuando empecé, y creo que este es un camino de ida y vuelta, o sea que los jóvenes no sólo aprenden de tí, sino que nosotros también aprendemos mucho con ellos y así me he sentido. Me he sentido muy cómoda con ellos y creo que esta nueva generación de actores ofrece grandes esperanzas para el audiovisual cubano.

Fotograma de la Serie Pálpito / Netflix

Tu fructífera carrera no solo se limita a Cuba, pues atesoras disímiles proyectos actorales en Colombia. Recientemente Netflix estrenó la serie de suspenso Pálpito, en la cual estás inmersa con el personaje de Greta Volcán. Cuéntanos del trabajo realizado de cara a esta gran producción.

Efectivamente, aunque en principio hubo una propuesta de trabajo hace razón de 17 años aproximadamente, Colombia me ofreció muchas oportunidades y me las sigue ofreciendo, no es que haya terminado una etapa de trabajo allá, ahora aprovecho poder trabajar en proyectos lo mismo en Cuba que en Colombia, algo que a la vez me permite estar cerca de mi familia que era algo que extrañaba mucho.

Pálpito ha sido una de esas oportunidades que se ha dado recientemente en mi interacción profesional entre los dos países, fui y filmé la primera temporada, vine a hacer Calendario y regresé a grabar la segunda de Pálpito en Colombia para Netflix.

Esta es una serie igual con un guion muy bueno. Mi personaje me encantó, son de esos contradictorios que te digo que me atraen tanto, Greta Volcán es una mujer que transita del amor al alcoholismo, del alcoholismo a la tristeza, de la frivolidad a la fuerza de su amor de madre, pasa por tantas cosas como ser humano que me encantó diseñarla desde el primer momento del casting, el cual hice junto a muchas actrices latinoamericanas hasta que felizmente me informaron que me habían elegido.

Netflix trabaja con un rigor que siempre aplaudo, es una serie muy cuidada, con una producción muy abarcadora, un elenco internacional de muchísimo talento, así que la verdad ha sido un lujo formar parte de ello y me gusta el hecho de que es un proyecto que no se extendía enormemente en el tiempo, sino que concentra el trabajo por tres o cuatro meses, así empleas toda la energía en tu personaje y luego te puedes mover a hacer a otros proyectos también.

Greta Volcán me encanta, no te puedo negar que a pesar de sus supuestos errores es un personaje que me atrae mucho y que me movilizó a no quedarme en una zona de confort, era una propuesta diferente. Ha sido muy estimulante hacer una serie para una plataforma donde te ve el mundo entero y recibir tantos comentarios y mensajes de lugares tan lejanos, ese es el final de nuestro trabajo (el público) y ver que haya funcionado da una satisfacción muy especial.

Jacqueline Arenal y Carlos Enrique Almirante en Sinú Río de Pasiones/ Autor: Mauro González

Hace unos años la Televisión Cubana estrenó la telenovela Sinú, Río de Pasiones, protagonizada por Carlos Enrique Almirante, donde te correspondió interpretar a su madre, ¿qué sensaciones se experimentan a la hora de compartir escena con un coterráneo y verlo triunfar también en la arena internacional? ¿Era la primera vez que trabajabas con él?

Esta novela fue transmitida en Cuba quizás un poco después de haber sido transmitida en Colombia, estuvo producida por el Canal Caracol. En algún momento de los castings ya yo estaba elegida como la madre del protagonista, pero el equipo de dirección no encontraba al actor que lo interpretara, que estuviera acorde a las exigencias del personaje. Fui yo quien en un momento determinado sugerí que llamaran a Carlos Enrique Almirante, que en esos momentos se encontraba en México y tenía un mánager en Colombia también, y a través de ellos le envían el casting. Yo les decía que me parecía perfecto para lo que estaban buscando y fue elegido.

Con Carlos Enrique tengo una relación muy antigua de amistad, porque incluso cuando él era pequeño vivía en un apartamento frente con frente a mi hermana, y lo conozco desde que era niño, así que fue un regalo trabajar con él. Esa oportunidad se convirtió en algo precioso porque nos unía un afecto muy grande que se puede ver reflejado en el trabajo, creo que además de los requisitos de la historia había entre nosotros una afinidad muy particular, y la comodidad del trabajo con él hizo que se convirtiera en un placer enorme. Es una persona a la que quiero y admiro mucho, y creo que se merecía esa oportunidad por Colombia y demostró que es un actor muy bien formado, capaz de mostrar su talento en cualquier país.

De regreso a Cuba uno de tus primeros trabajos fue en la serie Rompiendo el Silencio, dirigida por Rolando Chiong, en un capítulo donde también estaba implícita la figura de otro grande de las cámaras en nuestro país, Jorge Perugorría. Háblanos sobre ese papel que desempeñaste allí y de las sensaciones que experimentaste cuando volviste a actuar en tu tierra.

Después de un largo e ininterrumpido trabajo en Colombia, el Chino Chiong, que también es un colega con el que no había trabajado, pero admiraba muchísimo me propone este personaje y me envía el guión , inmediatamente sentí que era un personaje que había que hacer, habían varias razones, el tema por el que atraviesa, que básicamente se centra en la violencia de género, tema que el público necesita visualizar mucho y creo que la serie lo reflejó muy bien, los actores no sólo nos convertimos en intérpretes, sino también en voceros de un tema tan urgente de mostrar y de enfrentar .

Compartir con Pichi también era un viejo sueño de los dos y un privilegio enorme. El Chino es un hombre que se toma muy en serio lo que hace, y yo siempre pensaba en cuál sería el personaje con el que volvería a trabajar para el público cubano, y esa fue una excelente oportunidad. Un personaje que además que denuncia esta trágica situación del maltrato de género, da muchas posibilidades actorales, no se centraba en mostrar una imagen física complaciente, lo cual me parecía súper interesante, el sufrimiento interno del personaje mostraba crudamente la realidad de una mujer que había sido profundamente abusada. Todos estos detalles hicieron que el proyecto significara un buen momento para retomar mi trabajo en Cuba.

El trabajo con los niños también te ha distinguido, ¿cuánto disfrutas el hacer arte para ese sector de público?

Efectivamente, el trabajo en el teatro para niños, específicamente en el grupo Okantomí bajo la influencia que tengo desde niña y de su trabajo como directora y actriz de mi hermana Marta Díaz Farré, muy conocida para todos como Riri, siempre he estado muy influenciada por sus maravillosas creaciones, que fueron mi primer contacto con el teatro y tanto motivaron mi imaginación, un elemento tan primordial para un futuro actor y para la felicidad en la vida de un niño.

A partir de ese entonces me vinculé al quehacer del grupo, el primer espectáculo en el que participé siendo una niña recuerdo que se llamaba Mambí, y a partir de ahí no me he desvinculado del trabajo con Okantomí. Hoy ya siendo una adulta puedo estar segura de lo importante que es el trabajo para los niños, que creo que a veces siento que no tiene el respaldo que merece, debería tener más salas donde se pusieran funciones para niños. El trabajo con el grupo me ha servido de apoyo en mi formación como actriz y ahora como directora de muchas de esas obras con mi hermana, que ha sido una ayuda primordial para que yo me pueda desarrollar también en este campo.

Lo considero el teatro para niños una herramienta importantísima para la vida, para la felicidad, para la sensibilidad, y por su puesto para la manera en que los niños se pueden ir relacionando con la realidad. Por otro lado son un público único, un público que no miente, exigente por demás, y lo considero un trabajo vital, por eso quiero seguir trabajando para ellos.

En Cuba antes y después de tu trabajo en el extranjero muchos te identificaban como Verena Contreras, por ese excelso personaje antagónico que desempeñaste en la novela Tierra Brava, dirigida por Xiomara Blanco. Una vez que los actores son referidos por determinado personaje precedente, ¿qué tan difícil se hace encarnar el próximo, el cual tienes que asumir con el mismo rigor?

Mira, conseguir que la gente te identifique por un personaje es sobre todas las cosas un privilegio, porque significa que has conseguido conectar con ellos de una manera importante, a mí me encanta que me sigan llamando en la calle como Verena, haber hecho esa conexión y ser recordada siempre por un personaje tiene sobre todo esa virtud. También te pone un listón muy alto, porque si has gustado por determinado personaje el público siempre se va a remitir a él a ver si el próximo lo considera a la altura, y aunque la gente me sigue llamando Verena, también me ha hecho saber siempre que valoran el resto de mi trabajo. Aprecio muchísimo la identificación del público con Verena, que me ha regalado esa conexión con la gente.

Jacqueline Arenal como Verena Contreras en Tierra Brava/ Foto: Tomada de fotosdlahabana.com

¿Cómo es el recuerdo que llevas de Tierra Brava?

Tierra Brava es mi primera experiencia en una telenovela dentro de la televisión, antes había realizado serie más cortas, De tu sueño a mi sueño y La Botija, experiencias grandiosas que me dieron muchas herramientas dentro del trabajo de la televisión y algunos espacios como El Cuento, o aquel maravilloso que había para niños que era Había una Vez. Todo eso lo hice antes de Tierra Brava, pero sí era mi primera novela, ¿qué significa esto?, 100 capítulos de una hora con un personaje con una presencia gigantesca, con lo cual el trabajo de filmar significaba tener 20 escenas o más por día. Era un reto inmenso, que me hizo crecer mucho y que tiene un lugar muy especial en mi corazón, una directora increíble como Xiomara Blanco, un elenco grandioso, fue una gran oportunidad que significaba estar a la altura de todo eso.

Creo que la gente a pesar de que Verena era un personaje negativo comprendió de donde venía ese comportamiento suyo, esa obsesión con querer agradar a su padre, querer ser ese hijo varón que él siempre anheló tener y convertirse un poco en todo lo que el padre quería, por eso conectaron emocionalmente con ella.

Así que por muchas razones Tierra Brava está ahí como algo muy importante en mi carrera, y agradezco mucho que la gente me haya permitido entrar en sus corazones para siempre.

Vamos a acercarnos al mundo de las tablas, pues hasta el pasado 16 de abril te estuviste presentando con Argos Teatro en la obra Los vecinos de arriba, junto a otros grandes como Osvaldo Doimeadiós, Laura de la Uz y Caleb Casas, que conformaban un elenco de lujo. Cuéntanos.

La experiencia reciente con la obra Los vecinos de arriba ha significado muchas cosas. Hacer un trabajo dentro de una tragicomedia te exige estar en un límite muy peligroso, donde no te puedes pasar, donde la situación es lo que lleva a que un personaje o una obra resulte graciosa y le arranque una sonrisa al público. Partimos de un texto maravilloso que tiene como trasfondo una profunda tragedia, que está por debajo de lo que nos reímos, como suele pasar muchas veces en la vida, esto hizo que tuviéramos una muy buena base para emprender este trabajo, la dirección de Caleb ha sido fundamental, he descubierto en él a un director con muchas herramientas que nos llevó a defender nuestros personajes desde una profunda realidad. Además estaba trabajando con personas de un calibre profesional increíble.

Yo estoy profundamente enamorada del proyecto, he aprendido muchísimo de mis compañeros, del director, del proceso en sí, de las contradicciones mías como actriz, de llegar con una propuesta que no funcionaba y buscar otras para lograr hacer crecer el personaje de Ana. Ha sido un lujazo, nos quedamos con muchas ganas de seguirla presentando en escena. Hace poco tuve la noticia de que vamos a hacer una segunda temporada a partir de octubre, y volverá esa magia única que se da con el público en vivo, esa magia que se llama: Teatro.

Osvaldo Doimeadios , Carlos Luis González, Jacquelin Arenal y Laura de la Uz en “Los Vecinos de Arriba” (Cesc Gay), en versión de Argos Teatro, La Habana, Cuba / Autor: Héctor Garrido

Con Laura también compartiste escena en El Regreso de Nicanor, el último cortometraje de nuestro amigo en común Eduardo del Llano, en el que también actúa una de tus grandes amigas, Tahimi Alvariño, así como la joven y talentosa Ana Patricia Martín Pomares (Pomi). ¿Qué tal la experiencia?

La experiencia en El Regreso de Nicanor también se convirtió en algo muy especial, como ves he ido haciendo proyectos muy interesantes en los últimos tiempos en Cuba, y este me dio la oportunidad de trabajar con Eduardo del Llano, que resultó algo bastante revelador para mí y realmente fluyó muy bien el trabajo con él. Además trabajar con Tahimi, que es prácticamente una hermana en mi vida, con Laurita de la Uz, que la admiro tanto y nunca habíamos podido trabajar juntas, donde ya crece una maravillosa amistad, con Ana Patricia Martin, una muchacha muy joven y talentosa, realmente creo que fue muy enriquecedor. Nos divertimos mucho y eso le dio una gran energía al corto, fue un inmenso placer combinar mi trabajo con estas extraordinarias actrices.

Camila, tu hija, ha seguido en cierta manera lo pasos de sus padres. ¿Qué sientes cuando la ves en escena?

No deja de ser cierto que está haciendo la misma carrera que hicieron sus padres, pero siento una cosa muy importante con ella y muy valiente de su parte, es que Camila, aunque obviamente haya aprendido mucho de los proyectos de sus padres, de su tía, siento que ha hecho una carrera muy personal, ella ha querido ganarse las cosas por sí misma, de hecho se fue a estudiar a España, hizo sus cinco años de carrera allá en Madrid y ha construido cada pedazo de su carrera por sus propios pasos. Obviamente que nosotros tenemos una relación muy estrecha, la tiene también con su padre, yo siempre le comento y pongo a su consideración muchas cosas de mi trabajo, y ella también, pero realmente Camila está labrando su propio camino, y eso requiere de mucha valentía cuando tus padres han estado relacionados con tu misma carrera, y lo digo además porque yo también soy hija de artistas.

Cuando la veo en escena no puedo dejar de admirarla mucho, por eso y por los resultados que ha conseguido, se ha convertido en una actriz potente, en una cantante autodidacta, no ha parado de estudiar, tiene una voluntad enorme de seguir aprendiendo y una pasión muy fuerte por su carrera, además de la emoción de madre de verla en el escenario y en la pantalla la admiro y la respeto muchísimo.

Un actor, una actriz y un director que te roben el alma. Esas personas con las que no te lo pensarías ni un segundo para aceptar el trabajo.

Son muchos los que admiro alrededor del mundo y en Cuba. Te voy a decir lo primero que viene a mi pensamiento. Las tres personalidades que vinieron a mi mente en el momento en que me hiciste la pregunta fueron Francis Ford Coppola de director, actor Marlon Brando y actriz Cate Blanchett.

Proyectos futuros y sueños por cumplir.

Hay varios, muchos que todavía no puedo mencionar, hay un proyecto muy importante en el cine internacional que incluye también parte de su rodaje en Cuba, estoy montando una nueva temporada de la obra Ponolani en el grupo Okantomí, como te dije la segunda temporada de Los vecinos de arriba en octubre y otros proyectos en diferentes plataformas para los que estoy en proceso de casting .Estoy leyendo trabajos nuevos para Cuba, todavía estoy en conversaciones con los directores y acabo de terminar de grabar la tercera temporada de Calendario. Vienen muchas cosas buenas y hay muchos sueños por cumplir, muchas ganas de trabajar, siempre que yo detecte un personaje interesante con el cual pueda expresarme humana y espiritualmente y manifieste un conflicto que merezca ser contado allí estaré. Muchas ganas de hacer cine, de hacer buenos proyectos y buenas series de televisión, muchas ganas también de seguir haciendo teatro, son muchos sueños por cumplir que estoy segura que poco a poco se irán haciendo realidad.

Con la maestría actoral que ha alcanzado Jacqueline Arenal, si pudieras volver el tiempo atrás, ¿cambiarías algo de tus actuaciones en los personajes de la telenovela La Botija y la coproducción con Francia El Siglo de las Luces? ¿Cómo evalúas hoy esos primeros trabajos?

No cambiaría ni de esos proyectos ni de ningún otro nada, realmente me siento una actriz muy afortunada por lo que hecho, por lo que estoy haciendo y por lo que estoy segura que vendrá. Estoy bastante en paz con los trabajos que he hecho desde que comencé mi carrera, obviamente esta profesión ofrece un aprendizaje permanente, y todos ellos no sólo me han hecho obtener resultados con los que me siento conforme, sino que han sido una escuela para mí, y creo que cada cosa que voy haciendo es el resultado de lo que he aprendido y sigo aprendiendo, así que no cambiaría nada de mi viaje. Simplemente espero seguir haciendo personajes con los que me sienta comprometida y motivada a decir algo, y todo lo que vaya haciendo y haré, repito, son el resultado de mi aprendizaje constante.

Redes sociales, ese universo tan rico como contradictorio.

¿Te gustan las redes sociales? Es decir, si crees verdaderamente en su importancia o es solo cuestión de “empuje popular”

Considero a las redes sociales una herramienta muy útil para llegar a mucha más gente. Por otro lado considero que hay que trabajarlas con mucho cuidado conociendo los límites de lo privado.

¿Cómo llevas este tema a la par de tu profesión? (alguna estrategia que hayas decidido seguir, ¿tienes asesoría?)

Mi única estrategia es mi intuición de lo que debe ser compartido y lo que no, entiendo que el hecho de estar presente en las redes garantiza muchas veces llegar a una mayor cantidad de seguidores. Por la parte laboral a través de la oficina de mi mánager hay una persona que lleva ese trabajo, aunque yo la apoyo a veces con publicaciones laborales que son las que más suelo hacer, excepto algunos momentos especiales de mi vida que he querido compartir. Mi estrategia es estar muy atenta y decidir qué me apetece que sea compartido y qué parte me reservo para mi vida en mi absoluta privacidad.

Las redes, al ser un vínculo directo con el público te exponen a todo tipo de comentarios. ¿Qué sensaciones te produce sostener este contacto diario?

En cuanto a eso, más allá de que cuido mucho las cosas que comparto es inevitable de todas maneras tener todo tipo de comentarios, simplemente lo que es agradable, lo que es constructivo se acepta, se agradece, se responde, y lo que no simplemente se ignora.

¿Animarías a tus colegas a trabajar seriamente su comunicación por estas vías?

Yo esto lo considero un hecho profundamente personal, no animaría a nadie a hacerlo ni lo contrario, esto es una decisión absolutamente personal y en ese sentido respeto lo que cada colega decida. Estoy segura que las decisiones que tomen serán las más acertadas para ellos, creo que ese respeto se lo ofrezco a los demás y es el que también espero con respecto a mis decisiones en este sentido.

LA TAC

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